Hoy me despido de alguien que me enseñó con su manera de vivir muchas cosas. Michele Kadison con tus clases de #bodyactivation tocaste mi alma muchas veces. Esto es solo un peqeño homenaje para tí. 

Hoy escuché que ayer a las 4 de la tarde dejaste este mundo con todo su dolor. Que finalmente te rendiste ante una enfermedad que ha conocido pocos contrincantes tan incansables como tú. Temeraria, guerrera, luchadora. Fuerte como el hierro y flexible como la tela de una araña. Luchaste con gracia cada día con sus noches y cada segundo le mostraste a la muerte como una vida magnífica se despide de este mundo con elegancia y gracia infinita. Generosa hasta en esto. Hasta en tu muerte eres un ejemplo. 

Hace 10 meses te ví por el ùltima vez. Un embarazo, un parto, su posparto y el covid llevaron a que aunque te pensara, no te escribiera y no te viera. Me duele nunca haber respondido tu mensaje y me duele haber asumido que podría escribirte y alcanzarte cuando lo necesitara. Quizás en muchos momentos me necesitaste tú. Y yo no estuve ahí… 

Mientras tú, tú estás en mis hombros cada vez que los subo demasiado cerca a la orejas. Y cuando en bicicleta escucho tu voz „shoulders down. You don’t need that. Don’t forget to breathe.“ Estás en mis tobillos cuando voy al baño y pienso en el alineamiento correcto entre tobillo, rodilla y cadera y corrijo la línea. Con intención pero sin tensión. Ágil y fuerte. Estás en mi cuerpo, en mi columna y en mi soas, en músculos que aprendieron a hablarme a través de tus rutinas. Y a los que aprendí a escuchar y a habitar con tus palabras. Estás en la funda de terciopelo violeta en la que empaco mi corazón en cada meditación porque ahí se siente seguro. Te confié mi inconsciente muchas veces. Y te lo confiaría de nuevo. 

Estás en el entendimiento de que el cuerpo es sabio. Y que la mente, bueno, se la puede escuchar pero no es obligatorio. No soy yo. Y que en el movimiento y la fluidez se encuentra el descanso, cuando el cuerpo asume el control y su ola acalla los pensamientos. 

Explicabas los fundamentales con tres elementos: 

1. La espiral. Incluyente y flexible. El inicio y el final abrazados. El infinito manifestado en el movimiento de nuestro cuerpo. 
2. Permitir y no forzar: observar y dar espacio. Dejar pasar. Dejar fluir. Aceptar. Esperar. Recibir. Disfrutar el camino. 
3. La precisión. En el conteo, en el movimiento. En la fuerza e intención justa. 

Te vas y me dejas, nos dejas el anhelo de encontrarte en otra dimensión, vibración porque te seguirás manifestando. Y un agradecimiento profundo de haber recibido tu energía, percibido tu magia y aprendido de tu maravilloso ser. Tanta generosidad, amor, sabiduría y admiración por una vida vivida con intensidad y gracia. 

Gracias. Gracias. Te vas pero te quedas conmigo. Descansa por siempre Michele.